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martes, 21 de julio de 2009

Primer día de vacaciones y un buen susto

Este día corresponde al 3 de julio. Cuando salí de trabajar, estaba muy contenta porque me iba a ir directamente al aeropuerto para coger el avión y llegar a Alicante donde me estarían esperando mis padres y mi hermana Esther.

Como ya comenté en otra entrada, iba acompañada de mi perrito Odin que, por cierto, se portó muy bien en el vuelo.

Cuando llegamos a casa, lo primero que hice fue cambiarme de ropa y, mi madre, nos invitó a todos a cenar en el Restaurante Chino, pues, allá que fuimos.

Todos pedimos palillos para comer, pero, como era normal, yo me cansé al poco tiempo, aunque tengo que admitir que, para ser la primera vez que comía con palillos, no se me dio tan mal, supongo que con un poco de práctica conseguiré comer bien con esos utensilios.

Cuando acabé de comer, empecé a sentir angustia, y lo primero que comenté es que algo me había sentado mal. Mi hermana me comentó que fuésemos al baño para mojarme un poco la nuca y las muñecas que seguro que así se me pasaría. No llegué al baño.

De camino al lavabo me empecé a marear mucho y las piernas no me respondieron, así que lo que recuerdo es poner la mano en una pared para evitar la caída y lo siguiente que recuerdo es que estaba en el suelo de rodillas, osea, que me había dado el trompazo del siglo.

El dueño del restaurante se portó muy bien y empezó a activarme los puntos de acupuntura del cuello y brazos para que me recuperara, en 10 minutos estaba como nueva, eso sí, el recuerdo fue unos buenos moratones en el cuello y un dolor de rodilla derecha que duró tres días, jejeje. En resumen, lo que me pasó es que tuve un bajón de tensión muy fuerte que me provocó la pérdida del equilibrio y perdí un poco el conocimiento.

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