Esta entrada debería haberla escrito antes pero como tenía las fotos en otro ordenador, siempre, por unas cosas u otras, nunca sacaba una copia así que, la escribo ahora.
Sábado por la mañana, me levanto y, junto a mi madre, nos preparamos para ir a Murcia, tenemos previsto comer en una barraca así que, mi padre está haciendo las gestiones para que se pueda, ya que este día es bastante difícil. Tras varios intentos en distintas barracas, conseguimos encontrar una que, aunque no reservan, toman nota del nombre y de cuantos son y van nombrado para que puedas comer.
Como empezaban a nombrar a las 13:30, mi madre y yo nos vamos al parque donde está ubicada y, para hacer tiempo mientras estamos esperando a que llegue la hora, nos ponemos a leer, ella un libro que se ha comprado de la autora de la Saga de Crepúsculo, y yo un manga que también me había comprado "Vampire Knight" o lo que es lo mismo "Caballero vampiro".
Llega la hora y empiezan a nombrar, al poco, nos nombran a nosotros y, ¡¡Genial!! entramos para poder comer. Como es lógico, pedimos comida típical murcianis pero lo que todos teníamos claro, es que no íbamos a pedir arroz, queríamos comer más de tapeo y picoteo que de plato fuerte.
Después de comer bastante tranquilos para ser una barraca llena de gente, nos vamos al despacho de mi padre para pasar la tarde, yo me conecto a internet y me pongo a ver mis páginas favoritas y, mientras, mi madre se queda dormida en la Sala de Juntas al tiempo que mi padre está adelantando trabajo.
A media tarde, mi padre y yo salimos un ratito para comprar unas cosillas que necesitábamos y, aprovechando la ocasión, mi madre nos pide que compremos algo de beber y picar para seguir pasando la tarde. Lo más curioso es que pensábamos que el desfile del Entierro empezaba a las 19 horas pero nos equivocamos, realmente empezaba a las 21 horas, así que, teníamos que hacer tiempo de alguna manera. Mi padre me compró un algodón de azucar cuando salimos y también cumplimos el encargo de mi madre. Para cenar compramos unos bocatas de jamón con tomate que estaban muy buenos.
Y después de una larga espera comenzó a pasar el Entierro de la Sardina por la Avda. Constitución, donde estábamos nosotros dispuestos a verlo desde la ventana del despacho, evitando la aglomeración de gente de la calle, un sitio reservado única y exclusivamente para nosotros tres.
Yo empiezo a ilusionarme por volver a ver el Entierro con mi padre y por supuesto, intentamos hacer fotos pero, la cámara no responde como debería aunque, después de mucho intentos, al final conseguimos poder hacer algunas.
El desfile sigue su curso, como es natural, lo primero que aparecen son coches de los patrocinadores repartiendo bolsas de plástico al público para que puedan guardar lo que consigan coger de los juguetes que lancen los sardineros. Tras ese despliegue móvil, aparecieron las primeras comparsas o grupos participantes, desfilando con sus trajes.
Después de este pequeño o gran desfile de participantes, por fin aparecen los queridísimos sardineros subidos en sus carrozas tirando por doquier la multitud de juguetes a todos los presentes en el desfile. Los niños se empiezan a entusiasmar por las cosas que consiguen coger y, como es evidente, todos los participantes se "mueren" por poder obtener una pelota.
Después de que acabara el desfile de las carrozas, nos fuimos a casa a descansar ya que, al día siguiente, tenía que conducir durante 6 horas para volver a Barcelona. Con muchas ganas e ilusión procuraré vivir de nuevo el año que viene mis queridas fiestas de primavera acompañada de toda mi familia, procurando disfrutar hasta el último minuto que pase con ellos.
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