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lunes, 27 de abril de 2009

El día previo a la procesión

Hablaré de la Cofradía desde mi punto de vista y tal y como la veo yo. No diré nada de su historia porque todo eso ya lo podeis ver en la web oficial http://www.cofradiadejesus.com/ , y creo que lo que pueda contar yo, seguro que no lo podeis leer ahí.

Para mí la Procesión es más que un simple desfile de mucha gente congregada y vestida con la misma ropa. Para mí es devoción, tradición, sentimiento, y muchas otras cosas que no podría expresar con palabras.




En casa lo vivo así:

El Jueves Santo por la noche, reunidos todos en casa de mis padres, terminamos de preparar la túnica, capuz, cíngulo rosario y guantes de cada uno. Es un espectáculo entrar a casa y ver, en el salón todas las túnicas colgadas de las cortinas, porque, al ser tan largas, no las puedes colgar en otro lado.

Una vez que hemos cenado, terminamos de preparar con ilusión las bolsitas de caramelos con sus huevos duros, a veces pintados, monas y todo lo que queremos regalar al público que se levanta temprano para ir a vernos.

Llega el día esperado, todo un año esperando a que llegue y te levantas con ánsias y con ilusión, por supuesto a las 6 de la mañana como muy tardar, porque la procesión saldrá a las 7 de la mañana, si no se ha cambiado ya la hora, o a las 8 si se ha cambiado. Te acicalas y vistes con camisa o camiseta de manga corta para que no se te vean por las mangas de la túnica. Te pones pantalón corto, o pirata, por el mismo motivo, ya que no se te pueden ver los camales del pantalón por debajo de la túnica.

Te calzas con las sandalias negras reglamentarias, pero, antes de hacerlo, te proteges los pies con vendas para que, durante la procesión, no te rocen las costuras de las mismas y te hagan rozaduras (aunque no siempre lo consigues, jejeje) y le pides ayuda a tu hermana para ponerte la túnica que, hasta que no ciñes en la cintura te arrastra. Aprietas bien la cinta y, después, te pones el cíngulo (a la derecha por supuesto) y el rosario (a la izquierda). Estás contenta, emocionada y entusiasmada por volver a salir en la procesión y acompañar a San Juan por todo su recorrido.

Ayudas a tu hermana a vestirse y, cogiendo las bolsas repletas de caramelos, dulces y huevos cocidos, los metes en el coche y junto con los capuz, vamos camino de la Iglesia de Jesús. Allí, en las calles se ve el alboroto y a todos los compañeros ataviados con las túnicas y esperando a que llegue el momento tan esperado.

1 comentario:

  1. La verdad es que es un plano muy distinto al que uno ve por la televisión, lo desconocía totalmente.

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