Os escribo desde Murcia. Llegué el jueves por la noche, cansada del viaje y cuando llegué lo primero que hice fue cenar, para mi sorpresa, tenía un par de pasteles de carne a mi disposición así que, procedí a comérmelos. Mientras cenaba lo único que se podía ver por el comedor eran los colores de la procesión, como todos los años.
Después de cenar y tener un poco de tertulia, preparamos las bolsitas con caramelos y otras bolsitas con un huevo cocido así que, me acosté mogollón de tarde, y eso que teníamos que levantarnos temprano para poder llegar a la procesión al día siguiente.
En definitiva, nos levantamos todos muy temprano y nos dispusimos a prepararnos para la procesión, muy nerviosos todos, papá fue el último en bajar de la habitación pero él ya bajaba con la indumentaria puesta, exceptuando la túnica claro. Una vez que todos estuvimos preparados, nos subimos en el coche y nos fuimos a la Iglesia de Jesús.
Allí, cuando aparcamos el coche nos fuimos a la entrada de la iglesia para poder ver salir la procesión, sólo podíamos ver salir el primer paso (La cena) porque después tendríamos que cargarnos los caramelos para poder coger luego las cruces. Así que vimos salir el Estandarte Mayor, cosa que significaba que la procesión ya comenzaba y, después de eso y tras esperar un poco salió el paso de la Cena y así, comenzó la procesión que todos los morados estamos esperando durante todo un año.
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