El martes de esta semana, fuí a ver a mi tía que hacía tiempo que no la veía (claro, al vivir en Barcelona es normal que pase tiempo sin verla). Estuvimos charlando de muchas cosas, y como es normal, Wendy no paró de querer estar con nosotras, si no estaba en los brazos de mi madre, estaba en los míos y si no, se quedaba en los de mi tía.
¿A que es una monada? Con ese toto que le han puesto está monísima. Pues bien, después de estar un rato con ella, nos fuimos para casa, no sin antes pasarnos por una confitería para comprar la cena. Por supuesto compramos pasteles de carne, que después no hay manera de que los vuelva a probar sin que pase mucho tiempo.
Al comprarlos, eché un vistazo en el mostrador para ver qué tenían y que, además, pudiera ser un postre estupendo para todos, sobre todo pensando en mi padre y, sin duda alguna, decidí comprar la típica Tarta Murciana hecha de merengue, bizcocho y crema pero, no era una tarta cualquiera sino, minitartas. Compré una para cada uno y, por supuesto, todos nos las comimos con muchísimo gusto.
¿A que tiene muy buena pinta?
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