Al lado nuestro había una chica vestida con los atuendos medievales que también estaba dándose un descanso y comiendo, así que, aproveché y le hice una foto.
Después de parar a comer, seguimos el recorrido del mercado; nos paramos en el lugar donde te enseñaban cómo se trabajaba en aquella época el hierro y, la verdad, es que ví cosas realmente preciosas, entre ellas esta rosa.
Vimos a un chico que estaba jugando con un Diávolo, hacía cosas estupendas, nunca había visto a alguien manejarlo de esa manera.
Estuvo interactuando con la gente del público para hacerle partícipe del espectáculo, fue muy entretenido.
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